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Astronomía en el Antiguo Egipto: Los observadores del cielo

Astronomía en el Antiguo Egipto: Los observadores del cielo

La astronomía en el Antiguo Egipto fue mucho más que una ciencia: era una parte esencial de su religión, su agricultura y su arquitectura. Los egipcios observaron los cielos durante milenios y lograron conocimientos sorprendentes que les permitieron predecir fenómenos, organizar su vida cotidiana y dejar un legado que todavía asombra a la humanidad.

La observación de las estrellas en Egipto

Los sacerdotes egipcios pasaban noches enteras vigilando el firmamento. Desde los techos de los templos y torres de observación, registraban la posición de las estrellas, el Sol y la Luna. Sus observaciones no eran solo científicas: tenían un profundo significado religioso, ya que los egipcios creían que los dioses se manifestaban a través de los astros.

La estrella más importante era Sirio (Sopdet en egipcio). Cada año, su primera aparición en el cielo antes del amanecer coincidía con la crecida del río Nilo, lo que permitía predecir el inicio de la temporada de siembra. Este fenómeno era tan crucial que dio origen a su calendario civil, dividido en 365 días.

El calendario egipcio: una hazaña astronómica

El calendario solar egipcio fue uno de los más precisos de la antigüedad. Se dividía en:

  • 12 meses de 30 días cada uno.
  • 5 días adicionales llamados “epagómenos”, dedicados a los dioses.

Gracias a este sistema, podían planificar la agricultura, los festivales religiosos y las actividades estatales con gran exactitud. De hecho, muchos aspectos del calendario moderno tienen su origen en esta herencia egipcia.

La astronomía en la arquitectura egipcia

Las construcciones egipcias no eran al azar: seguían alineaciones astronómicas exactas.

  • Las pirámides de Giza están orientadas con una precisión milimétrica hacia los puntos cardinales, posiblemente alineadas con la estrella polar de su época.
  • Algunos templos, como el de Abu Simbel, fueron diseñados para que en fechas específicas los rayos del sol iluminaran la estatua del faraón Ramsés II en su santuario interior.
  • Los obeliscos también tenían una función solar, sirviendo como relojes gigantes que marcaban las horas del día con su sombra.

Los decanos y el tiempo nocturno

Una de las aportaciones más curiosas de la astronomía egipcia fueron los decanos, grupos de estrellas que se elevaban en diferentes momentos de la noche.

  • Los egipcios usaban los decanos para medir el tiempo durante la oscuridad, algo esencial en sus rituales religiosos.
  • Estos se representaban en los relojes de agua y en los techos de algunos templos, convirtiéndose en una especie de reloj estelar.

Astronomía y religión: el cielo como reflejo divino

Para los egipcios, el cielo era un espejo del mundo de los dioses. Creían que el firmamento era el cuerpo de la diosa Nut, que cada noche se tragaba al Sol y lo daba a luz al amanecer.

  • El faraón, como intermediario entre los dioses y los hombres, también tenía un papel cósmico. Su reinado debía estar en armonía con el orden universal, llamado Maat.
  • Las estrellas y constelaciones se integraban en sus mitos, como Orión, asociado con Osiris, dios de la resurrección.

Legado de la astronomía egipcia

El conocimiento astronómico egipcio influyó en civilizaciones posteriores, como los griegos y los romanos. Su forma de organizar el tiempo y de conectar los ciclos celestes con la vida diaria sigue siendo un ejemplo del ingenio humano.

Hoy en día, los arqueoastrónomos continúan estudiando la alineación de templos, pirámides y monumentos para comprender mejor cómo los egipcios lograron tanta precisión sin la tecnología moderna.

La astronomía en el Antiguo Egipto fue una combinación única de ciencia, religión y arquitectura. Al mirar al cielo, los egipcios no solo buscaban comprender el universo, sino también mantener el equilibrio entre los dioses, la naturaleza y la sociedad. Su legado nos recuerda que la curiosidad por las estrellas es tan antigua como la humanidad misma.


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